El pasado fin de semana tuvo lugar en el hotel Auditorium de Madrid la Wizardcon. El domingo, a la hora de comer, se celebró una conferencia con el nombre de «Cómo escribir una novela de fantasía y no morir en el intento», impartida por José Antonio Cotrina y Gabriella Campbell.
Tuve la suerte de poder asistir y escuchar de primera mano las palabras y experiencias de estos dos autores tan bien posicionados en el marco literario fantástico actual a nivel nacional. Pusieron como referencia alguna de sus obras, como la trilogía de El ciclo de la luna roja, La canción secreta del mundo o El fin de los sueños, esta última escrita por ambos.
La conferencia estuvo orientada tanto a la creación literaria en general como al género fantástico en particular. Hicieron un recorrido por todo el proceso creativo; Cotrina comenzó hablando sobre el «nacimiento» de un escritor, qué detonante es el que motiva a coger papel y bolígrafo por primera vez, cómo se origina una idea y cuáles son los distintos métodos que tenemos de darle forma.
El mayor aprendizaje que saqué de sus palabras fue que, pese a que la imaginación es la herramienta básica e imprescindible de cualquier escritor, cada uno debe encontrar la manera de blandir esta poderosa arma de la manera que mejor le funcione. Cómo inspirarse, qué hora de día es la mejor para dar rienda suelta a la creatividad, cómo encontrar el estado de ánimo adecuado…
El autor nos advirtió de un terrible peligro que acecha a cualquier artista desprevenido que navegue por la red sin tomar precauciones: los vídeos de gatitos. Estos oscuros seres y otros similares que habitan en las entrañas de Youtube, Facebook o Twitter son capaces de absorber al incauto y consumir su atención, exterminando en el acto cualquier atisbo de creatividad.
A continuación, tomó la palabra Gabriella Campbell, que explicó detalles más técnicos del proceso de escritura. Nos advirtió principalmente sobre la importancia de laorganización y de la planificación. Hay autores con el extraño don de sentarse frente a una hoja en blanco y, a partir de lo que su imaginación va generando para ellos en tiempo real, escribir con la misma calidad y coherencia que si hubiesen ideado la historia de antemano. Pues bien, éste, como afirmaba Gabriella, es un don muy poco habitual, y la gran mayoría de los escritores (entre los que me incluyo) necesitan dedicar un tiempo previo a dar forma a sus ideas, ordenarlas y conectarlas debidamente para conseguir crear un argumento mínimamente consistente.
También nos habló sobre el proceso de corrección, proceso que es tanto imprescindible como tedioso (aunque Cotrina opinase lo contrario). Lanzó una advertencia muy acertada: evitar corregir a medida que se está escribiendo. Es muy recomendable separar los dos procesos; dar rienda suelta a la imaginación para alcanzar ese estado tan necesario de creatividad, ya habrá tiempo más tarde para corregir y darle al texto la forma y calidades deseadas.
Adentrándose más en las características propias del género fantástico, Cotrina nos desveló el principal secreto para escribir fantasía: ser siempre fiel a las normas que el propio autor establece.
Se pueden crear mundos imaginarios, mágicos, repletos de tecnología, surrealistas y molones, pero todos y cada uno de estos mundos se rigen por unas reglas que el autor inventa y, por supuesto, debe respetar.
Porque cuando te saltas estas reglas, la magia se rompe. A modo de broma y ejemplo, Cotrina contaba el chiste que circula por las redes sociales, en el que Frodo, tras haberse recorrido la Tierra Media de cabo a rabo para destruir el anillo, se acerca indignado a Gandalf para decirle, «Si teníamos a las malditas águilas, ¡¡¿¿por qué no las hemos utilizado??!!»
También nos incitó a ser originales, por obvio que pueda parecer. Nos contó cómo utilizar los clichés y los recursos tradicionales. La clave está en, basándote en situaciones o argumentos que el lector pueda identificar y reconocer, conseguir darles una vuelta de tuerca, hacer algo que nunca haya hecho nadie sobre algo que han hecho ya muchos. La página en blanco ofrece una libertad total para hacer con ella lo que se quiera, y hay que saber aprovecharla para que esta libertad juegue a nuestro favor.
La conferencia finalizó con una ronda de preguntas donde hubo bastante participación. Se hicieron preguntas de todo tipo, desde temas de carácter técnico y literario, como preguntas más específicas acerca de los libros y personajes de los autores.
A nivel personal, diré que disfruté mucho con la charla. Estaba dirigido a un tipo de escritor muy novel (afortunadamente, el grueso del público era gente bastante joven), y la mayoría de los temas que trataron fueron cosas con las que te terminas encontrando cuando tienes un poco de rodaje. Fue una experiencia muy agradable; la oportunidad de escuchar a escritores profesionales y sentirte en parte identificado con ellos es algo muy satisfactorio. Salí de allí con la sensación de que, a pesar de que todavía me queda un largo trecho por recorrer, creo que voy por el buen camino.
¿Qué piensas de estas recomendaciones? ¿Qué dificultades has encontrado a la hora de ponerte a escribir? ¿Cómo consigues organizarte y qué técnicas te funcionan mejor? Aquí puedes compartirlo.
¡Hasta la próxima!